San Lorenzo

“Vas a escribir otro blog?” Lozanito y yo no somos los más hábiles para la tecnología, jajajja, se entiende por la pregunta. Y sí, voy a escribir de nuevo, acerca de esto que se siente en el pecho, con fuerza, y te hace sentir vivo.Aquí va este “blog”, hecho desde el corazón.

Aislarse era antes un acto voluntario, por cansancio tal vez, por sufrir una tusa, para tomar decisiones… pero esta vez entrar en casa y cerrar la puerta con un suspiro de incertidumbre fue intenso. Vino entonces el ánimo de tomar esta nueva y sorpresiva situación con calma. Así es la vida, sin guión.

Los primeros días, a pesar del temor por la salud de todos, fueron encantadores. La calma que se sentía a cambio del frenesí de la ciudad, cómo la naturaleza se acercó haciéndonos verla en su grandeza, humilde, sin rencores por tanto daño causado, solo demostrando que podemos convivir cuando cambiamos la agitación por sentir la vida.

Esos días en familia nos acercaron más, pausamos el bullir diario y sentimos la vida más fuerte, más real. La posibilidad de contagio te hace pensar y sentir diferente, porque estás en riesgo. Y luego la situación se alargó, para después volver a alargarse y entonces va para largo…

Así que lo que parecía una pausa se volvió extrañar. Extrañar de verdad la hora del inicio del servicio para saludarlos, compartir un momento de echar rulo para ponerse al día y entrar a cocina a preparar con esmero esos platos que les ofrecemos. Extrañar ese espacio lleno de color y cariño sincero por recibir a los comensales, por darles un ambiente lleno de música que armonice con cada momento. Esas ventanas desde las cuales podemos ver las estructuras creadas por el hombre como signo de desarrollo, hasta el imponente cerro de Monserrate, esa cima que nos acerca un poco más al cielo. Cómo se extrañan las voces, las risas, los ruidos de los platos en cocina, los jugos preparándose y las botellas destaparse en el bar, la energía vibrante que producimos al estar juntos!

Extrañar es bello. Nos pone a flor de piel, a latir con fuerza por las ganas de vernos. Reencontrarnos va a ser una explosión increíble de emociones, sentir el abrazo,
vernos a los ojos, comprobar que estamos unidos como una sola conciencia.
A prepararse, los abrazos van a ser muy fuertes!